lunes, 29 de noviembre de 2010

Humildad para ser Líder - Escrito por: Delfo Tomislav Gastelo Miskulin


La humildad es como la luz al final del túnel, en medio del túnel puedo mirar atrás y retroceder en la oscuridad para perderme en mi soberbia, en cambio si miro adelante, veré que al fondo brilla la esperanza de poder reconocer que he fallado y que pondré los medios para corregir mis errores, empezar de nuevo, y transmitir esa actitud de amor en la empresa.


La gran crisis humana en los grupos de trabajo y en todas las agrupaciones, se debe primordialmente a una falta de humildad, para saber recomenzar cuando se ha fallado, pero también para tener la valentía de reconocer en qué hemos caído, y cómo nos corregiremos. Este caerse y saber levantarse con dignidad, encierran el ciclo de vida de todo gran líder.


Humildad implica no sentir más que los demás, esperando, a veces obsesivamente a sentirse servido por los colaboradores, sino mas bien a servir a quienes nos rodean y a quienes debemos ayudar a que se desarrollen como personas.


Cuando suceden estas situaciones conflictivas en cualquier grupo, tenderemos a dos caminos, el de negarlo todo o el de reconocer. La primera nos lleva a centrarnos en nuestro amor propio, la segunda nos permite ponernos en el lugar de los demás.


Dirigir una empresa no sólo exige estar pendiente del presente, sino también actuar correctamente para que mi actual labor no perjudique a la institución en su futuro. La clave para liderar es la humildad.


Cuentan que una empresa brindaba un pésimo servicio, todos sus recursos humanos eran arrogantes, desde lo directivos hasta los empleados, no salían bien las cosas, empezaron a bajar la ventas y estaban al borde del colapso. Unos echaban la culpa a los factores económicos externos, otros a la fiesta de despilfarro en lujos innecesarios que se celebró para el aniversario, etc.,. Nadie quería ser el protagonista del cambio, nadie quería asumir su responsabilidad, nadie quería ser humilde.


Un día, cansados de tanta degradación empresarial y humana, en la puerta de la institución vieron un gran cartel que les anunciaba la muerte del empleado que les había impedido despegar como empresa. Quedaron anonadados, pero por curiosidad entraron a ver de quién se trataba pues el cuerpo estaba siendo “velado” dentro del recinto. Grande fue su sorpresa cuando al ver el cajón del ataúd, no vieron ningún cuerpo, más que un simple espejo que los reflejaba a todos.


El cambio depende de ti, en tu interior está esa voz de humildad que te lleva a ser mejor, a reconocerte falible e imperfecto. ¡Un líder sin humildad no es un verdadero líder!

Kusiñahui 28/11/2010: Hoy quiero compartir este artículo con ustedes, espero que les agrade. A veces erróneamente las personas piensan que sólo es suficiente tomarse el papel de jefe y serlo, lo cual no necesariamente garantiza que sean líderes, jefes pueden ser muchos pero verdaderos líderes muy pocos :)

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